Es una pregunta que se repite a menudo cuando charlamos con las familias, previo a la sesión.
La fotografía documental es un registro fotográfico de la realidad, sin alteraciones: no tiene reglas de estilo, o mejor dicho: la única regla es registrar la realidad tal cual es. Llevado el “estilo documental” a una sesión de fotos familiares: el uso de cierta indumentaria es pura y exclusiva decisión de la familia.
Las fotos son un recuerdo muy valioso, sobre todo con el paso de los años.
Me parece importante destacar que lo principal es que la familia se sienta cómoda, con el entorno, con la vestimenta y con la fotógrafa.

Siempre sugiero ideas acorde a las inquietudes de la familia, si hay bebé en camino, si hay mascotas, si son familias numerosas o parejas.
La mayor parte de mi trabajo publicado en redes sociales es en blanco y negro, esto no quiere decir que así sea como lo recibe la familia. De hecho entrego muchas fotos a color, o todas- o ninguna, dependiendo siempre de lo que el cliente desee.

Entonces, ¿sí es importante la vestimenta? La respuesta es: sí.
Ya sea porque esa prenda los caracteriza o es una herencia familiar y quieren dejar registro de ella, o porque desean verse vestidos en mismos tonos o destacando a una persona en particular, ya que no nos hacemos fotos todos los días.

Mi sugerencia es: si van a pensar en la vestimenta como algo estético para sus fotos, los colores neutros son los más apropiados.
Los colores neutros, como el negro, blanco, gris o beige, combinan con cualquier otro color, lo que permite jugar muchísimo con el ambiente, tanto en interiores como exteriores. Permite detenernos en detalles que quizás en otras composiciones de color no atenderíamos.
¿Es indispensable? ¡Para nada!
Como dije anteriormente, lo importante es que la familia se sienta cómoda y al final tenga un recuerdo genuino.
La vestimenta siempre es un tema sobre la mesa, está buenísimo resolver sus dudas a tiempo, consultar todo lo que quieran saber, sin vergüenza, en definitiva hace a que su sesión sea más disfrutable.

Qué bello es pensarnos como los encargados de atesorar por años esos albums de fotos que en algún momento de nuestras vidas, quizás dentro de algunas décadas, nos regalarán el momento de sentarnos con nuestros hijos, y/o nietos, a recorrer esas fotos llenas de historias.
Hacer esa pausa para recordar cómo nos vestíamos, a qué nos gustaba jugar o cómo era nuestra casa es revalorizar la esencia de nuestra familia, eso que nos hace auténticos.
———
Ojalá les sirva como referencia.
¿Me cuentan sus experiencias, qué ideas les han servido y qué les parecen estas sugerencias?
Gracias por leer.
Cariños,
Ani.
PD: ¿Te gustaría hacer una sesión fotográfica conmigo? Hace click acá para recibir mi propuesta.